SAGITARIO - André Barbault
André Barbault
Simbolismo: La referencia a
los fenómenos de la Naturaleza es difícil con este signo ya que, tras haberse
visto a prueba por Escorpio, la vegetación no existe más. La energía
sagitariana realiza una proyección de lo que el Escorpio ha amasado, para
destinarlo a un objétivo. Debido a ello se justifica la imagen del centauro
lanzando una flecha en dirección ascendente. Se trata de enlazar lo próximo con
lo lejano para hacer triunfar éste sobre aquél, gracias a la unión de lo inferior
y lo superior, el caballero redoblando su fuerza con la del caballo con el que
hace un cuerpo, las piernas contra los flancos (relación de Sagitario con los
muslos en el "Hombre-Zodíaco"). El fuego sagitariano puede renunciar
a servir (como en Leo) la magnificencia del ego para alcanzar la experiencia transindividual.
Y, a la inversa de Géminis, el signo opuesto, que representa dualidad y
diferenciación, en el Sagitario se encuentra el reinado de la unificación, de
la reunión, de la fusión, de la síntesis. Este se halla bajo los auspicios de júpiter,
principio de cohesión, de coordinación, de globalización.
Psicología: En el fondo de esta naturaleza existe un Yo en
intensidad o en expansión que busca sus propios límites y aspira a superarlos,
como para alcanzar un "más-allá del Y o". De ahí la aspiración a una
cierta dimensión o elevación que éste busca en un transportamiento, sea éste un
impulso de participación en el mundo, de integración a la vida colectiva, rebelión
estimulante contra un poder a dominar o simple inflación del Yo que se pierde
en la sed de grandezas.
Dialéctica: Las orientaciones extremas de este signo doble son
muy acentuadas:
a) Si el tema es armónico, el sujeto tiende hacia un
conformismo confortable; adaptado, asimila las buenas maneras, se conforma a
las costumbres establecidas, es partidario de la legalidad, del orden y las
convenciones sociales, es un ser abierto, eufórico, que se sabe mover, recto,
leal, caballeroso, amante del prestigio y la honorabilidad.
b) Si el tema es disonante, tiende a la independencia
extravagante, a la rebelión. Instintivamente, se levanta contra las reglas de
su medio y se comporta como un inadaptado que rompe las ataduras. Su necesidad
de emancipación domina ante todo. Voluntad insurreccional contra las
costumbres, lugares comunes y prejuicios; pasiones imperiosas, impulsos audaces,
coces fogosas de un pura sangre ...
a) Si es
extrovertido, tiende a la aventura en
su relación con el mundo; es un atleta, un deportista, un temperamento nómada, que
ante todo posee la pasión por los viajes, explorador a la búsqueda de nuevos
horizontes, llevado siempre hacia un más allá ...
b) Si es
introvertido, lo que domina es la
aventura hacia el encuentro de sí mismo, buscando este más allá al que aspira en
su interior, en el anhelo de formas morales y espirituales más elevadas. Su
impulso se dirige hacia el conocimiento, la cultura, la religión, la perfección
de sí mismo; apunta hacia un ideal, una sabiduría al final de su viaje
interior.
Destino: En el primer caso, es un ser móvil en perpetuos
viajes. un aventurero hecho para las epopeyas, las experiencias a largo
alcance. En el segundo, tiende hacia una vida interior intensa que desemboca en
una realización moral, filosófica o espiritual.
Carlos VI de Francia
Sagitario típico debido a la ocupación del signo por
el Sol, Mercurio, Venus y Saturno, Carlos VI ofrece el ejemplo de un alma ávida
por evadirse de la vida cotidiana banal y vivir a mayores alturas, bajo el
aspecto extrovertido de movimiento, ruido, agitación, de lo imprevisto y de la
imperiosa necesidad de una vida exterior intensa. Ya muy joven, destaca en los deportes
y, en particular, en aquéllos, por completo sagitarianos, de tiro al arco, de
lanzamiento de jabalina y el montar a caballo. Pero la fiebre por el perpetuo
desplazamiento se presenta pronto como un rasgo fundamental de su carácter.
Joven rey, "se desplazaba a menudo ya para cazar, ya simplemente debido a
la necesidad de movimiento y cambio que
atenazaba siempre su naturaleza extravagante. iCuántas
veces se le veía en Compiegne, en Seulis, en Meluin, sin hablar de los grandes
viajes! Cuando Carlos reside en París, vive tan pronto en el Louvre como en el
Hotel Saint-Pol"(1). Detalle a señalar: en este hotel, la chimenea de su
habitación se encuentra adornada de grandes caballos en piedra. Otro punto a
señalar: el accidente a los 24 años que hace estallar su locura se produce cuando iba a caballo. Amante de las
grandes cabalgadas, se lanzará a diversas expediciones militares y surcará las grandes
rutas de su reino. En cuanto a Carlos VII, su Ascendente y su Marte en
Sagitario son reconocibles en su instinto nómada que acentúa la inestabilidad
de su naturaleza Piscis. Fue durante toda su vida el viajero que iba de ciudad
en ciudad, de castillo en castillo, sin fijarse en parte alguna. Después de su
transfiguración, el monarca victorioso hará grandes cabalgadas militares,
surcando su reino para expulsar a los ingleses, los facciosos y los bandidos.
Se sabe que murió de un cáncer de pierna.
(1) Maurice HEIM, Charles VI le Fo/, N.R.F., 1955, p.
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