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LOS ORBES DE LIZ GREEN

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“Liz Greene es altamente estimada por los astrólogos de todo el mundo, profesionales y no profesionales por igual. Es una autora prolífica de libros y publicaciones varias y su trabajo ayudó a darle forma a la astrología psicológica moderna. Posee un doctorado en psicología y es una calificada analista Junguiana. También posee un diploma en counselling del Centro de Psicología Transpersonal de Londres, y un diploma de la Facultad de Estudios Astrológicos, de la cual es miembro patrocinador vitalicio (…) Además de su incansable labor como autora de libros astrológicos y de escribir para Astrodienst, Liz Greene co-dirige el Centro de Astrología Psicológica, una reconocida escuela de Londres. Regularmente, dicta seminarios en¨London. También dirige CPA Press, una compañía editora que se dedica a trabajos astrológicos especializados.”


Como podemos colegir de esta breve reseña, aparte de astróloga, Liz posee una sólida formación académica en el área de la psicología y el sicoanálisis, y ello le da por supuesto no sólo una cualificación intelectual elevada, sino un respetable status profesional, idoneidad y autoridad, así que sus opiniones en materia astrológica siempre serán un punto de referencia obligado e imprescindible, por encima, sin duda alguna,  de las de cualquier otro –imbuído de pedantería, soberbia, prepotencia y autosuficiencia en sus apreciaciones-  sin su formación,  experiencia y prestigio indudables.

 Dice  la señora Green  en una de sus interesantes y sustanciosas disertaciones (1) sobre el siempre controversial tema de los orbes en astrología:


P: Cuando habla de las influencias de los planetas exteriores en las generaciones, ¿usa orbes más amplios que los usuales de la carta natal?

R: No, uso los mismos orbes de unos ocho a diez grados para las conjunciones, cuadraturas y oposiciones. Pero considero que dos planetas en un mismo signo tienden a tener cierto aire de conjunción aunque no estén técnicamente conjuntos. Lo mismo es aplicable en una carta natal. Por ejemplo, durante los dos años que, más o menos, emplea Saturno para atravesar un signo, habrá ocasiones en que no estará exactamente en conjunción con un planeta exterior que simultáneamente pase por allí. Ambos retrogradarán, danzarán un poquito hacia atrás y después de nuevo hacia adelante, conservando un mismo tipo de sensación, pero la intensidad de su influencia no será siempre la misma. La persona que haya nacido con ambos planetas en exacta o muy cerrada conjunción, es natural que sienta el impacto mucho más poderosamente.

P: ¿Se podría usar un orbe incluso de diez grados?

R: Sí, sobre todo con la conjunción. Hay una gran diversidad de opiniones respecto de los orbes. Yo sólo puedo decirles lo que he aprendido acerca de ellos a través de mi experiencia. Me inclino por conceder importancia a los aspectos amplios, pero miro con mucho cuidado qué planetas están involucrados. Para aspectos mayores que incluyen al Sol, la Luna y Saturno, desde luego que diez grados. También depende del lugar en que estos planetas estén situados, así que cuando el Sol está, digamos, en el Medio Cielo, será un planeta muy prominente de la carta, por lo cual consideraría que su esfera de influencia es mayor. Sospecho que también depende de la persona conjunción o una cuadratura muy abierta, tiene las mismas características que una muy estrecha  (subrayado mío), sólo que está más diluida y el individuo tiene más flexibilidad. Pero si esta persona pone mucha energía en trabajar o desarrollar ese aspecto en su vida, éste se tornará más obvio, puesto que se vuelve más consciente.

Es el caso, por ejemplo, de una persona que, teniendo una conjunción o trígono bastante amplio entre el Sol y Neptuno, decida estudiar música. Aunque la amplitud del aspecto implica que su sensibilidad no es de tipo compulsivo, el hecho de que esté intentando desarrollar su personalidad en la línea de este aspecto implica que éste irá cobrando mayor importancia en su vida. Ya sé que hay muchos astrólogos que prefieren usar orbes estrechos, de seis a ocho grados, pero esto es lo que yo siento al respecto.
Surge este mismo problema de los orbes, a la hora de interpretar un tránsito o una progresión. Mucha gente piensa que los tránsitos y progresiones son operativas sólo cuando el aspecto es exacto. Pero yo tengo la impresión de que hay un período de formación durante el cual se deja sentir, mucho antes de que se haga exacto. Puede olerse en el viento, por así decir, antes de que se plasme efectivamente en la vida.

En el caso de una progresión mayor, como por ejemplo, el Sol sobre un planeta natal, ese período puede abarcar tres o cuatro años. No brota repentinamente de la nada, una mañana.

La psique previamente se ha estado preparando para su llegada. Pienso que, a veces, somos demasiado rígidos y literales (Subrayado mío) al trabajar con los orbes.

P: ¿Qué orbes concede en sinastria?


R: Tiendo a usar orbes bastante amplios, los mismos que uso en una carta natal. Sé que no es lo que normalmente se acepta, pero a mí me parece que funciona. En la práctica, creo que una conjunción cruzada entre cartas produce efectos con un orbe de hasta ocho grados. Tal vez haya menos compulsividad cuanto más amplios sean los orbes, tal como ocurre en una carta natal, pero eso no quiere decir que la conexión no esté allí. Los orbes próximos en sinastría son inmediatamente evidentes. Si conoce a alguien por primera vez en una fiesta, y tienen algunos aspectos exactos entre las dos cartas, entonces usted reaccionará intensamente desde el principio. Pero cuanto más se llega a conocer a alguien, más entran en juego los orbes más amplios. Si vive con una persona o es un miembro de la familia, entonces se hacen completamente operativos los orbes más extensos. Si sólo ve a alguien cada dos semanas en algún seminario y nunca hablan de otra cosa que no sea el tiempo, entonces los aspectos con orbes amplios no serán relevantes. Creo que debe observarse de qué tipo de relación se trata.

Algunos aspectos no son relevantes si la relación es circunstancial. No tienen ninguna posibilidad de entrar en acción. Pero creo que lo común es utilizar orbes excesivamente estrechos en sinastría. Esto es particularmente cierto con el Sol y la Luna.

P: ¿Y con Saturno?

R: Sí, con Saturno también. Saturno es un planeta muy poderoso; tan importante, pienso, como el Sol y la Luna. Siempre he creído que el Sol y Saturno constituyen la columna vertebral de la carta natal. Ambos planetas están relacionados con el ego, en sus aspectos creativo y defensivo, respectivamente. El Sol y Saturno son la base de la personalidad.

P: ¿Qué aspectos mirarla especialmente en la comparación de cartas?

R: Cualquier aspecto. Creo que los aspectos menores, como la semicuadratura, el semisextil y la sesquicuadratura operan en las relaciones de la misma manera que los mayores.

En las progresiones, se aprende muy rápidamente que los aspectos menores son muy importantes. Es un error ignorarlos. Los aspectos menores en progresión desactivan los aspectos natales mayores.

A propósito de este tema, traigo a colación un ejemplo  tomado de un artículo de André Barbault sobre astrología mundial (2):

1 – La cámara elige al general De Gaulle presidente del Gobierno Provisional de la La República Francesa el 11 de noviembre de 1945, pero el 20 de enero 1946 él presenta su dimisión y se retira de la política. El Sol y Mercurio (respectivamente a 29° y 16° de Capricornio) y Marte (20° Cáncer) forman una doble oposición con respecto a Saturno (20 º Cáncer) en cuadratura con Júpiter (26 º  de Libra).

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Barbault no tiene inconveniente en considerar como oposición (separativa además, casi 9° de orbe) esa configuración universal entre el  Sol en 29°16 de Capricornio y la conjunción partil Saturno R’/Marte R’ en 20° de Cáncer, el uno en exilio y el otro en caída, muy ajustado simbólicamente al suceso.


(1) Los Planetas Exteriores Y Sus Ciclos
(2) En el Corazón de las Configuraciones