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VIRGO

Por André Barbault

Simbolismo: Simboliza en la Naturaleza el término de un largo proceso: sembrada en Capricornio, la semilla da aquí la espiga madura, pronta a ser cortada; es la cosecha, el entrojamiento. Bajo este signo de Tierra-Mutable, por un tiempo estéril, toda la Naturaleza se deseca (el grano se desprende de la espiga al desprenderse de su vaina), se diferencia, se selecciona, se particulariza, se cierne, se reduce, se asigna límites precisos. El impulso vital se encuentra en su ocaso, las fuerzas se debilitan, las formas se adelgazan; pero el empobrecimiento de la vida animal es compensado por un orden del espíritu: es la aparición de la razón, buscando el hombre su medida en la lógica. La energía se canaliza en la esfera inmaterial de la inteligencia, en la agudeza de espíritu. Este signo corresponde, orgánicamente, al intestino en su función de criba, de asimilación y eliminación de desechos.

Signo de Mercurio, se encuentra en afinidad con el astro en la represión de la vida sensible, en la intelectualización y la socialización en beneficio de las costumbres y convenciones sometidas a las reglas del sentido común; comercio del espíritu por las ideas revestidas de palabras y comercio de la materia a través del sistema de intercambios reglamentados. Tanto signo como planeta establecen distinciones, separaciones, demarcaciones, clasificaciones, como la sequedad separa las partes de un todo.

Psicología: Temperamento nervioso en el que la vida psíquica y mental pasa por delante de las manifestaciones físicas; naturaleza refinada, de reacciones flexibles, de conducta selectiva, con algunas dificultades de adaptación y de integración al medio ambiente, con una inquietud latente. En el rechazo del instinto se encuentra la base de su personalidad: el ser pasa todo por la criba, reflexiona antes de actuar, a veces incluso "busca cuatro pies al gato". Gracias a este freno, introduce en su vida una disciplina y edifica un orden que satisface un ideal. De ahí un lado perfeccionista, un deseo de cultura o de perfección moral que satisface una necesidad de autodeterminación, de seguridad en sí mismo. Ante la angustia por lo desconocido, prefiere apoyarse en la sensatez de su juicio, situando su salud a un nivel de reflexión, un cálculo razonado, un acto perfeccionado. Práctico, realista, busca la seguridad, la quietud, vive en defensa contra el instinto, a través de mecanismos de protección, bajo forma de retracción del Yo (introversión, reserva, pudor, timidez·, sobriedad, sentimiento de inferioridad, desapego ... ). Corresponde al complejo anal reprimido del psicoanálisis freudiano: tendencia general  a retener, a controlar, a disciplinarse, a dominarse; economía, parsimonia, acumulación, conservación; contemporización, creación laboriosa y escrupulosa, manía del detalle, apego a los principios, a las reglas y consignas; honestidad, conciencia, seriedad, aplicación, respetabilidad, pureza, perfección; análisis, duda, escepticismo, lucidez, organización, método, clasificación, sistematización, gusto enciclopédico; espíritu dirigido hacia las cosas difíciles, laboriosas, ingratas o penosas.

Dialéctica: En este tipo la inhibición domina habitualmente sobre la impulsión pero, a consecuencia de una dominante planetaria particular (marciana o plutoniana entre otras), esta relación se invierte, de forma que tenemos, entonces, el complejo anal relajado, que corresponde a los valores de Escorpio: naturaleza instintiva, indisciplinada, rebelde, desordenada, agresiva, anticonformista, autoritaria, tozuda, destructiva, sádica ...

Mucho más a menudo existe una alternancia o coexistencia de la inhibición y la impulsividad, de forma que el tipo Virgo corresponde al tipo ambivalente: racional e irracional, ahorrador durante un tiempo y de repente gastador, puntual e inexacto, maníaco y desordenado, escéptico y supersticioso, crítico y creador, menesteroso y fecundo (sucesivamente) ... y en casos extremos y según las circunstancias, mojigato y taimado, formal e hipócrita, a caballo entre la etiqueta y el desaliño, tímido metiendo la pata, ingenuo-libertino, neurótico-perverso.

Destino: Se encuentra tentado a apostar su vida en un juego inferior a él; cuenta con menos fracasos que los demás tipos, pero también con más resultados mediocres. Virgo es una herramienta, una capacidad de dominio que puede ponerse al servicio de una gran pasión. Pero él solo en la acción tiende a contentarse con poco, con algún éxito modesto, a falta de saber situarse en primera fila, contentándose con una vida ya arada o que lleva a una vía cerrada, al margen de la gran vida. Por ello este tipo se encuentra a menudo en una situación por debajo de su valor real. Lo que cuenta para él es la necesidad de ser útil, el gusto por servir, la pasión del trabajo, la entrega a su oficio.

Es fácil reconocer a Virgo en los grandes administradores que han hecho reinar el trabajo, el orden y la disciplina. Richelieu (Sol y Mercurio en el signo) consagró su vida a la lucha (Escorpio) por regular, disciplinar y organizar todas las fuerzas nacionales bajo la férula del principio monárquico. El continuador de Richelieu, Mazarin (del que veremos más adelante que su Saturno-Escorpio dominante es un análogo de Virgo) transmitirá a Luis XIV las condiciones para una época de gloria y prosperidad, dejándole un equipo de colaboradores y un método de gobierno. El lado Virgo -que no representa más que un aspecto de su ser; recordemos que la regla de este capítulo es el que un solo signo sea examinado a propósito de un determinado personaje- es visible en este gran rey que tenía, como Richelieu, Sol y Mercurio en el signo, y que obtuvo el coronamiento de su obra. En efecto, en él la pasión del orden domina hasta en los menores detalles y es servida por la asiduidad y exactitud de su conducta. Controla, unos a través de otros, a los ministros de su Consejo de los que exige un estado de cuentas fidedigno y frecuente. Por doquier, dirige su mirada, controlando todo a la vez, desde lo más lejano a lo más próximo, combinando dos cualidades contradictorias: la pasión por la grandeza en sus planes (Sol/Júpiter) y la minuciosidad en su realización. Él es, según feliz definición de Saint-Simon, "el rey de las abejas" a las que vigila y distribuye el trabajo. Hace reinar en la Corte una minuciosa etiqueta, regida por una jerarquía complicada hasta el infinito. Todo está en el ceremonial. Pero esta disciplina constituye la esencia misma de su naturaleza, estando regulada su vida instante tras instante. Puede también verse la rúbrica Virgo en algunos problemas de salud que el Rey sufrió: estreñimiento, enteritis, lombrices… Finalmente, no estaría fuera de lugar establecer una asociación entre el aspecto cultural del signo y el auge excepcional de las letras y las artes que identificó su reinado con la culminación del Clasicismo. El reinado de este gran Rey debió la verdadera base de su grandeza a la rigurosa administración del Virgo-Saturnino Colbert (Ascendente-Sol-Mercurio en el signo), hombre de trabajo (trabajando 16 horas al día con un trabajo asiduo puso a Francia al trabajo), de economía (sabemos que no temía el poner freno sin cesar a las prodigalidades del fastuoso Rey-Sol), de orden y austeridad: creador del "Estado de previsión", origen del presupuesto, hace redactar un código comercial, se interesa por los oficios, desarrolla la agricultura, la industria y el comercio, regula severamente la manufactura, abriendo la vía al cooperativismo y a la estandardización (colbertismo), sin olvidar (nada escapa a su control) la reorganización de los servicios públicos, la codificación de las leyes, la fundación de academias y bibliotecas. Al igual que, en su vida privada, Richelieu fue un gran coleccionista de cuadros, Colbert fue un gran coleccionista de manuscritos y libros preciosos y poseedor de una biblioteca rarísima.  En Francisco I, el Sol (en conjunción con Júpiter) en Virgo es un pariente pobre pues todas sus dominantes planetarias y el resto de su tema van en contra de las tendencias de este signo. Sin embargo no hay que menospreciar el papel (Virgo apoyado por Géminis) que ocupa la vida del espíritu en la existencia y reinado de este príncipe. Sabemos la curiosidad intelectual de este soberano letrado que situaba a la poesía entre sus actividades privilegiadas, versificador distinguido que trataba a los escritores como compañeros y se apasionaba por las artes y las letras hasta el punto de ser el primer soberano, desde Carlomagno, que se interesó ardiente y eficazmente por los problemas de la cultura. Con justicia, Brantome le llama el "padre y restaurador de las letras y las artes", y debemos recordar aquí que fue el creador del Colegio de Francia. También podemos permitirnos establecer un paralelo: así como el reinado del Virgo Luis XIV se confunde con el brillo sin igual del Clasicismo, el de Francisco I participa de la gran corriente civilizadora del Renacimiento, confundiéndose la juventud del rey con la de su siglo, hasta el punto que podría llamarse al suyo el siglo de Francisco I, como se ha hecho respecto a Pericles y Luis XIV. En cuanto a Luis XVI, Virgo por su Ascendente, el Sol, Mercurio y Marte, representa el signo reducido a sí mismo, sin ayudas exteriores frente a sus disonancias: carácter honesto, concienzudo, meticuloso, escrupuloso, tímido, indeciso, timorato, vacilante, ahorrador… rey artesano que manejaba durante horas la lima del cerrajero y las pinzas del relojero.

Cardenal Richelieu
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Dice Barbault: “(Sol y Mercurio en el signo) consagró su vida a la lucha (Marte en Escorpio en conjunción al Asc.) por regular, disciplinar y organizar (Sol-Mercurio en Virgo) todas las fuerzas (Marte) nacionales bajo la férula del principio monárquico (Leo en el MC)”.
  
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