APROXIMACIÓN PSICOLÓGICA A TRÁNSITOS Y PROGRESIONES.
“A lo largo de los años me
he convencido de que un gran porcentaje de lo que creemos predestinado, en
cuanto a tránsitos y progresiones, no se trata en absoluto de la acción del
destino si no de la de nuestros complejos inconscientes”.
Disfruten este excelente
artículo de Liz Green, que aporta esclarecedoras luces y orientaciones interpetativas
sobre los Trànsitos y las Progresiones.
“¿Cómo interpretamos los
tránsitos y progresiones desde una perspectiva psicológica? Me gustaría
comenzar diciendo que, aunque la naturaleza interna de nuestra investigación
estaría clara para cualquier estudiante de astrología con una tendencia
psicológica, de ningún modo estoy denegando el valor y la larga tradición del
trabajo predictivo en astrología. Pero ambos no se excluyen mutuamente.
"Psicológico" no significa solo "interno". Demasiados de
nosotros hemos tenido la experiencia de pronósticos acertados de un tipo
específico y concreto como para pretender que los planetas no se relacionan
tanto con el mundo exterior como con el interior, o que es imposible predecir
cierto tipo de sucesos en ciertas ocasiones.
Hace muchos años di un
seminario para el Wrekin Trust que
entonces se transcribió, editó y se convirtió en un libro llamado "Los
planetas exteriores y sus ciclos" Mientras examinaba la carta natal de la
Unión Soviética hice, de pasada, una predicción sobre su futuro. En realidad
fue una especie de corazonada porque en esa época yo no tenía muchos
conocimientos sobre las sutilezas de la astrología mundana. Mi predicción,
bastante ingenua, se basaba en el hecho de que Plutón alcanzaría la conjunción
con el Sol natal de la Unión Soviética al cabo de siete años. Ya había
observado que cada vez que un tránsito poderoso tocaba a su Sol natal en
Escorpio cambiaba el liderazgo del Soviet. En términos mundanos, se trata de
una conclusión claramente obvia y simple ya que el Sol en la carta nacional
representa, entre otras cosas, a la jefatura de la nación.
La razón por la que yo
esperaba un derrumbamiento, en vez de otra típica lucha por el liderato, era
que Plutón da bastantes más rodeos que los otros planetas exteriores. Tiende a
limpiar todo en profundidad y nada queda después de su forma o estructura
originales. Había otros tránsitos - por ejemplo el de Urano-Neptuno-Saturno en
conjunción en el primer decanato de Capricornio, aproximándose a la Venus de la
Unión Soviética en la casa 4ª que sugerían que este inminente colapso iba a ser
como una ruptura matrimonial. Se trataría de una desintegración desde
"adentro", más bien que desde "afuera", y todos los
diferentes países satélites podrían empezar a pedir el divorcio. Así es cómo lo
interpreté entonces y en 1982 no había nada que indicara los acontecimientos
venideros. Ciertamente que un nuevo líder estaba en las cartas pero un
derrumbamiento total era impensable. En los siete años siguientes, por lo
tanto, no volví a pensar en ello; luego todo vino a pasar como había previsto.
Hay muchas situaciones, tanto mundiales como personales, en las que los
astrólogos pueden hacer pronósticos ajustados.
Sin embargo, centrarse
solamente en el lado predictivo de la astrología es como si un médico se
fijara solo en un sistema corporal en vez de considerar al individuo completo y
la interrelación entre cuerpo y mente. A lo largo de los años me he convencido
de que un gran porcentaje de lo que creemos predestinado, en cuanto a tránsitos
y progresiones, no se trata en absoluto de la acción del destino si no de la de
nuestros complejos inconscientes. Como individuos y como colectividad
contribuimos inconscientemente a crear situaciones, o sumergirnos en ellas, que
activan emisiones internas, bien porque las hemos estado evitando en el pasado
o, simplemente, estaban ya maduras y el momento adecuado, el kairos, ha
llegado.
Sería muy estúpido imaginar
que todas las situaciones de la vida son creación del individuo, porque muchas
no lo son. No se puede decir que seis millones de judíos tenían unos
particulares aspectos, por tránsitos o progresiones, que significaban que los
iban a llevar a campos de concentración. Es absurdo sugerir tal cosa, lo mismo
que una excusa a nuestro derrumbamiento inconsciente cuando tales actos de
brutalidad ocurren a nivel masivo. Hay movimientos colectivos y cataclismos,
así como desastres "naturales", tales como inundaciones y terremotos,
que pueden reemplazar a la elección, complejos y voluntad individuales. También
puede haber otros factores espirituales más profundos sobre los cuales no estoy
en posición de hacer comentarios.
Mucha gente en el mundo
astrológico cree en el karma. Yo no soy incrédula, pero siento que todo es
mucho más complicado que lo que alguien, alguna vez, llamó "la teoría del
ding-dong" - uno fue bueno o malo en la última vida y por tanto se ve
recompensado o castigado en ésta. Como la moralidad es tan profundamente
subjetiva y una cosa tan relativa, le doy poco valor a tales aproximaciones
simplistas al reino del espíritu. Pero bien puede haber algo que continúa, a
través y más allá, de una encarnación mortal particular que acumula
"sustancia" de acuerdo a las elecciones hechas en cada vida, y que
actúa como un imán para el tipo de experiencias que atraemos. Esto puede ser
también un factor que está claramente por encima de los esfuerzos de una vida
para llegar a su propio conocimiento. También puede haber factores en la
herencia familiar sobre los que no tenemos control. Aunque no parezca justo
somos los herederos de conflictos y complejos de familia que han cristalizado a
través de muchas generaciones y a menudo actúan como algún tipo de fatalidad.
Si tales conflictos han permanecido mucho tiempo sin resolverse, nos podría
faltar movilidad para escoger, o evitar, ciertos acontecimientos y cualquier
persona, indudablemente, posee mayor libertad de elección si no arrastra una
herencia psicológica acumulada.
Así pues hay muchos factores
además de la conciencia individual que determinan cómo se van a expresar los
tránsitos y las progresiones. Sin embargo, un gran porcentaje de lo que creemos
que puede ser predecible puede no serlo en absoluto, una vez que la conciencia
individual ha empezado a traspasar los límites de lo que experimentamos como
realidad. Por esta razón creo que necesitamos intentar vivir como si tuviéramos
la libertad de trabajar con nuestros tránsitos y progresiones en un nivel
psicológico. Entonces podremos tener espacio para transformar o alterar sucesos
futuros, o tratar más creativamente con cualquier cosa que es nuestra propia
elección debido al trabajo con los complejos inconscientes. Al mismo tiempo
descubriremos bastante pronto aquello en lo que no tenemos verdaderamente
elección y podemos aprender a aceptarlo con la esperanza de vivir con nuestras
necesidades con un espíritu más tranquilo.
Uno de mis principales
objetivos al explorar este tema es sugerir que tenemos más libertad de la que
pensamos en niveles de los que inicialmente no somos conscientes. Si podemos
aprender a trabajar con los movimientos planetarios con más intuición y menos
con una interpretación tan literal como "Urano se acerca sobre tal y por
tanto pasará tal-y-cual", podríamos descubrir lo que Pico de la Mirándola
quería significar cuando dijo que los seres humanos somos co-creadores con
Dios. La interpretación literal no nos justifica como astrólogos. También puede
ser francamente destructiva porque, desde luego, es algo así como una profecía
auto cumplida. Como nuestras percepciones se distorsionan invariablemente a
causa de nuestros complejos individuales, nos inclinamos a interpretar los
tránsito y las progresiones, no tanto de acuerdo con lo que puedan significar
si no de acuerdo a lo que nuestros complejos nos dicen que nos "harán".
Incluso el astrólogo "tradicional" más ortodoxo no es realmente capaz
de ser objetivo cuando se trata de predecir acontecimientos. Incluso ni
siquiera podemos estar seguros de qué es realmente un "suceso", ya
que depende mucho de cómo y cuándo la persona se da cuenta qué ha ocurrido.
Nuestras suposiciones sobre el futuro están tan fuertemente tenidas por
nuestras propias psiques como nuestras suposiciones sobre el presente.
Una aproximación psicológica
a tránsitos y progresiones presenta un reto mayor que una literal porque
implica tomar responsabilidad por lo que está simbolizado en las
configuraciones de nuestra propia carta natal. También requiere aprender a
trabajar con técnicas tradicionales de predicción en más de un nivel. Esto no
significa que no tiene valor tratar de darle sentido a cómo un movimiento
planetario va a actuar, posiblemente, a nivel material. Es tan estúpido ignorar
este aspecto de la vida como lo es ignorar el psíquico. Si uno tiene el Sol
progresado en cuadratura a Neptuno en la casa 2, mientras Saturno transitando
está en conjunción con Neptuno natal, no sería una buena idea entrar en una
asociación de negocios con alguien de quien apenas se sabe sobre su trasfondo y
credenciales. La aplicación concreta de los principios astrológicos puede ser
muy valiosa para nosotros pero si no contamos con la comprensión psicológica
precediendo a cualquier interpretación literal, creo que, la mayor parte de las
veces, podemos crear nuestro propio destino, manifestar nuestras propias
predicciones y generar un sufrimiento considerable cuando no es necesario
hacerlo en absoluto.
Niveles
de expresión
1.
Significado o teleología
Ahora me gustaría examinar
los diferentes niveles en los que los tránsitos y progresiones posiblemente se
van a expresar. Hay tres niveles principales en los que los movimientos
planetarios parecen operar. Alguno de vosotros puede pensar en más de tres,
pero yo he encontrado esta división bastante útil para una visión general. El
primer nivel es el que posiblemente le interesa más al astrólogo inclinado a la
espiritualidad - el significado más profundo de un tránsito en particular o de
un aspecto progresado. Por "significado" me estoy refiriendo a su
teleología - su propósito final en cuanto a la evolución de la personalidad, el
alma, o ambos. Los que tenemos una inclinación religiosa o espiritual creemos
que el cosmos tiene algún tipo de proyecto y que las experiencias que acontecen
en una vida individual tienen un sentido. Los sucesos, por tanto, tienen un
designio oculto, una función educativa y, si podemos crecer gracias a lo que
nos ocurre, estamos cumpliendo algún proyecto espiritual o evolutivo mayor.
El que tal proyecto cósmico
exista realmente es un tema controvertido. Por muy ciertos que estemos sobre la
existencia objetiva de ese patrón más profundo-que es otro modo de decir que
Dios o los dioses existen-ninguno de nosotros está en disposición de probarlo.
Podemos, en efecto, proyectar una idea del significado sumamente personal sobre
un universo absolutamente arbitrario y desconectado. Pero incluso, si éste
fuera el caso, la gran mayoría de la gente experimenta la vida como algo dotado
de un significado y propósito y esta convicción, tanto si es una proyección o
no, es lo que la mantiene viva. Es psicológica y espiritualmente creativa
incluso si no es "verdad" en un sentido científico.
Cuando contemplamos los
tránsitos desde esta perspectiva nos preguntamos ¿Qué se supone que debo aprender de esta
conjunción de Saturno transitante a mi Sol? Esta progresión de Venus en
cuadratura a Plutón natal ¿qué se supone que me va a enseñar? ¿Qué puedo
descubrir cuando Urano transitando está en oposición a mi Luna? ¿Cuál es el
potencial positivo de este Marte progresado en sextil a Quirón? Este
acercamiento a cualquier tránsito o progresión le da una dimensión en extremo
importante. Aunque he usado el término "espiritual" es tan
psicológico como una exploración de complejos paternales, porque estamos
considerando los movimientos planetarios en cuanto a la evolución de la psique.
Deberíamos tomar este punto de vista como perteneciente a la psicología
transpersonal o arquetípica, en vez de psicología reductiva. Pero es
psicológica de todos modos. Sin esta perspectiva estamos tratando a la
astrología y a nosotros mismos de forma meramente mecánica.
Algunos astrólogos se
centran casi enteramente en este nivel y consideran otros niveles demasiado
negativos o materialistas. Mirarán a
Plutón transitando sobre Quirón natal, o Venus progresada en cuadratura a
Saturno, y hablarán en primer lugar sobre lo que ofrecen en cuanto a
crecimiento. No digamos cuando Saturno va acercándose a la oposición al Sol
natal en la casa 5. Si nos acercamos a ese tránsito desde una perspectiva
teleológica podemos hablar de un desarrollo del sentido de quien es uno como individuo.
De este tránsito uno podría conseguir un sentido más fuerte de identidad, una
percepción más clara de propósito y la realización de los propios talentos
creativos. Los retos del mundo material pueden ser dolorosos pero, en última
instancia, tener como resultado un compromiso más profundo con una dirección
vocacional particular. Cualquiera de los acontecimientos que ocurran, no
importa lo difíciles que sean, "pretenden" hacer que uno sea más
consciente de sí mismo.
La aproximación teleológica
en sí misma es suficiente a menudo con tránsitos y progresiones suaves, como
Júpiter transitando en trígono a la Luna, o el Sol progresado en sextil a
Urano. Cuando experimentamos movimientos planetarios armónicos tendemos a
"conectarnos" a una sensación de proyecto cósmico y bondad, y estas
interpretaciones corresponden a cómo nos sentimos en ese momento. El
significado y la respuesta emocional en la época del tránsito o progresión
parecen estar de acuerdo. Cuando movimientos planetarios menos atractivos llegan,
uno podría todavía interpretarlos como posibles. Frecuentemente esta
aproximación puede ser maravillosamente sanadora en medio de la agitación, el
estrés y el dolor.
Podemos ver venir una
verdadera pesadilla planetaria y necesitar preguntarnos qué posibilidad de
crecimiento podría esconderse bajo todo el estrés. Es muy importante que lo
tengamos en cuenta y seamos capaces de comunicarlo, pero también podemos
recordar que, aunque el significado sea profundo y positivo, el individuo que
está experimentando tales tránsitos y progresiones puede no estar en
condiciones para escuchar esas posibilidades evolutivas. Para mucha gente,
particularmente la que está acostumbrada a ver la realidad desde una
perspectiva puramente material o extrovertida, el significado y el potencial
más profundos de un tránsito o progresión difícil pueden no ser accesibles
hasta mucho después. Mientras lo atraviesa se dará cuenta y no podrá percibir nada
excepto el conflicto y el dolor.
2.
Material emocional
Los aspectos por tránsitos y
progresiones también implican un nivel de expresión emocional. Éste también es
psicológico, pero concierne más a las respuestas del individuo, tanto en cuanto
a sentimientos como a los complejos inconscientes que se activan. Tanto el
pasado como el presente se ven involucrados generalmente. Nuestras respuestas
emocionales en la época de un tránsito o de una progresión son extremadamente
complicadas y dependen mucho del grado de autoconocimiento que hayamos
conseguido, de lo fuerte que sea el ego, qué grado de control podemos ejercer
con los sentimientos que se activan y de lo que sepamos sobre nuestros
complejos paternales.
Casi invariablemente
experiencias ya pasadas se activan por cualquier tránsito o progresión
importante, especialmente si otros similares ya tuvieron lugar en el pasado, y
necesitamos considerar qué tipo de memorias y asociaciones hemos incrementado
tras sucesivos movimientos planetarios a un emplazamiento natal en particular.
También, una experiencia que finalmente puede ser positiva y enriquecedora en
significado, por su propia naturaleza, puede requerir un sufrimiento como parte
del proceso. Todos estos factores se ubican en el nivel emocional y por ello la
respuesta emocional a un tránsito puede ser tremendamente diferente de su
teleología.
Podría parecer que no hay
relación en absoluto entre el significado de un aspecto por tránsito o
progresión y cómo uno lo siente y se comporta realmente en ese tiempo. El
astrólogo, ni qué decir el cliente, puede sentirse tremendamente confuso. He
visto acercarse tránsitos fantásticos de Júpiter que se sintieron como
cualquier cosa menos maravillosos Tendemos a sentarnos y a esperar a Júpiter
ilusionados pensando "Oh, qué estupendo, algo fantástico me va a suceder
cuando Júpiter conjunte a mi Sol". En efecto algo maravilloso puede pasar
desde la perspectiva teleológica, pero lo que ocurre en la vida real puede ser
una pesadilla emocional.
Si, por ejemplo, uno es una
persona con mucha tierra, con cantidad de planetas en Tauro y un Saturno
fuerte, con una poderosa necesidad de estructuras y estabilidad, y ha estado
fielmente casado durante treinta y tres años, tiene tres hijos, dos coches, un
empleo estable y una gran casa hipotecada y Venus progresada llega a su Júpiter
natal, en la casa 5, lo que sucede puede ser cualquier cosa menos maravilloso a
nivel emocional y material. Los astrólogos debíamos saber que la apertura de
corazón que esta progresión refleja sería, precisamente, lo que esa persona
necesita. Pero mientras tanto ¿qué le va
a decir a su esposa? Y ¿puede permitirse los gastos del juzgado?
Depende mucho de cómo uno
está llevando su propia vida y si está en contacto con las diferentes
configuraciones de su carta natal. Es improbable que alguno de nosotros pueda
afirmar que está en contacto con todo lo que hay en nuestro interior, por eso
la cuestión es el grado de inconsciencia. Si una persona se ha casado pronto
por razones sociales o de seguridad y ha reprimido despiadadamente los excesos
potenciales de un Júpiter en la 5ª casa, tal aspecto progresado puede desatar
una gran cantidad de conflictos y sufrimiento. La persona puede enamorarse de
alguien que no es su esposa o esposo y entonces afrontar las consecuencias.
Algunas veces es la esposa quien activa ese Júpiter renegado. No es infrecuente
ver este tipo de experiencia, aparentemente delegada, en cartas de clientes o
en nuestras propias cartas. Uno se sienta a esperar a que lleguen el Príncipe o
la Princesa. Encantadores cuando Urano transitando toque a Venus natal y, en
vez de eso, es la propia pareja la que se marcha. ¿Porqué somos tan reacios a
entender que la psique inconsciente afecta tan poderosamente a la forma en que
se expresa un tránsito o una progresión?
Algunas veces puede
experimentarse una gran depresión con un tránsito aparentemente feliz. He visto
esto muy a menudo cuando están implicados los llamados Benéficos. Júpiter llega
al Sol natal de uno, o el Sol progresado conjunta a Venus y el astrólogo supone
que ha llegado un tiempo de felicidad y plenitud. En su lugar, la persona se
hunde en un agujero negro. Los conflictos pueden activarse por una experiencia
feliz reflejando sentimientos de culpa relacionados con los padres y
profundamente enraizados. O puede ser que Júpiter nos haga darnos cuenta de
potencialidades no vividas que pueden exacerbar el sentimiento de fracaso. Si
estamos tan cimentados en una estructura rígida que hemos cortado todos los
accesos a posibilidades futuras, podemos preguntarnos: ¿Qué sentido tiene la
vida? Júpiter puede estar conectado con la depresión profunda porque el espacio
entre nuestras posibilidades y nuestra situación presente puede revelarse como
una verdad dolorosa en un momento cegador y esta brecha puede hacernos sentir
avergonzados de cómo hemos estado desperdiciando nuestras vidas.
Por eso la respuesta
emocional a un tránsito o progresión puede ser muy diferente a su significado.
Necesitamos ser capaces de conectar con un cliente que está atravesando un
estado emocional que guarda poco parecido con lo que entendemos como la
teleología del tránsito o la progresión. Podemos estar tan seguros de lo que
significa un particular movimiento planetario que olvidamos que la persona
puede no sentirlo así en absoluto. Él o ella puede estar muy asustado por lo
que está pasando, incluso, aunque a nivel teleológico vaya a ser transformador.
Nosotros podemos saber que el resultado final será positivo, pero el cliente
quizá no lo sienta de ese modo. Y si no podemos identificarnos con su situación
emocional en ese momento y explorar cualquier tema psicológico personal que
pudiera ayudarle a encontrar una forma de llegar al significado más profundo,
entonces todas nuestras esclarecidas interpretaciones acabarán sonando como
algo sin sentido.
Un nivel sin el otro está
incompleto. Es importantísimo entender cómo se siente la gente bajo tránsitos
difíciles. Muchos de ellos son muy dolorosos y resulta estúpido y de poca vista
pretender que no lo son o que uno "debería" sentirse optimista. Si
alguien con Venus progresada en cuadratura a Quirón está sentado diciendo
"Soy muy desgraciado", no sería adecuado responderle,
"Tonterías, deberías sentirte positivo y entusiasmado porque estás en una
etapa de curación". Ciertamente podemos hablar de curación, pero también
necesitamos empatizar con la sensación de aislamiento, inferioridad y
tratamiento injusto, que es lo más probable que la persona esté experimentando,
para poder hacer comentarios inteligentes sobre cómo él o ella lo siente.
También deberíamos hablar sobre el pasado, especialmente de aquellas épocas en
las que Quirón se activó por otros tránsitos o progresiones importantes. Las
emociones que acompañan a los cambios internos profundos muy a menudo son
tremendamente penosas.
De alguna manera éste es el
más complejo de los tres niveles de expresión, porque nos vemos confrontados
con el misterio de la conciencia individual. La realidad emocional es la que
liga el nivel de propósito con el de manifestación y también es el área en la
que tenemos alguna oportunidad de ejercer la libertad de elección individual.
Con el tiempo un asunto psicológico está tan solidificado que tiene que
expresarse de forma concreta, solo podemos planificar el futuro, pero no
deshacer lo que ya se ha entretejido con la realidad del presente. Este es en
realidad el campo que Jung y Hillman llaman el alma, y es el mediador entre
espíritu y materia.
La persona que tiene a
Saturno transitando en oposición a su Sol natal, y según la teleología, tiene
una oportunidad soberbia para aumentar su sentido de identidad personal, puede
sentirse profundamente deprimida e insegura. Él o ella pueden sentirse como
fracasados y todos los logros del pasado parecerles que no valen nada. Temas
paternales pueden salir a la superficie, particularmente los conectados con el
padre y el complejo de padre. Los retos de este tránsito pueden no percibirse
como tales, si no como una victimización. Las cuestiones sobre las bases de la
identidad personal deberían suscitarse y necesitarían aclararse muchas
actitudes y opiniones con respecto a la vida para que una visión del mundo más
sana pueda crecer en su lugar. La relación con lo masculino - en su interior y
con los hombres en su vida - tendría que experimentar una completa reevaluación.
Hay muchas cosas que la gente puede sentir bajo un tránsito de Saturno en
oposición al Sol que no son muy agradables y, cuando la gente se siente mal,
quiere saber que el astrólogo puede darse cuenta de su infelicidad y ayudarle a
entender sus fundamentos. El astrólogo que está más inclinado espiritualmente
necesitaría alguna experiencia en psicoterapia para trabajar en ese nivel.
3.
Materialización
El tercer nivel de los
tránsitos y progresiones es el de materialización. Aunque no todos, es en esta
esfera en la que muchos métodos astrológicos más antiguos se centran.
Trabajando en ese nivel el astrólogo se preocupa, en principio, de lo que
ocurrirá en el mundo material con un tránsito o progresión particulares. Puede
parecer una aproximación simple pero, en realidad, es bastante compleja. Hay
muchos temas, internos o externos, que pueden afectar el cómo un movimiento
planetario se materializará en un nivel concreto y de qué manera. Los complejos
del individuo son factores importantes que tienden a materializarse si están
demasiado cargados y disociados de la conciencia del ego. Si existe algo como
karma, sería otro factor; y la herencia familiar, genética y psicológica,
también es relevante. Y no deberíamos dejar de lado la importancia del entorno,
especialmente las actitudes sociales y la visión del mundo predominantes,
porque el individuo siempre se suscribe, en mayor o menor medida, al colectivo
del que, él o ella, forma parte.
También puede haber un
destino en cada vida - algo que el alma o Yo superior desee llevar a cabo en el
trascurso de una vida en particular. En el pensamiento filosófico griego había
dos tipos de destino que afectaban al individuo, erinyes y daimón. El primero
puede compararse, a grueso modo, con la herencia ancestral y el último con el
destino del alma o su propósito. Y parece haber también un destino colectivo -
naciones o pueblos enteros pueden tener un destino específico en cuanto a la
evolución humana y una herencia ancestral específica. Como individuos algunas
veces nos vemos atrapados en movimientos que son mayores que nosotros, porque
somos parte de una humanidad más amplia que, a su vez, está sintonizada con los
ciclos planetarios. Por lo tanto compartimos las vicisitudes de esta amplia
humanidad y tenemos que cargar con el bagaje psicológico que heredamos de
nuestro trasfondo racial, religioso, social y nacional.
Estas son cuestiones
filosóficas sobre las que cada uno de vosotros tendrá sus propias creencias y
convicciones. Las estoy mencionando porque pueden ser factores a tener en
cuenta en la materialización de tránsitos y progresiones. De todas estas áreas
que he tocado, la única en la que podemos ser realmente efectivos como
individuos es en la esfera de nuestros complejos inconscientes. Nuestra
habilidad para reconocer, controlar, trabajar con ellos y transformarlos será
la que al final afectará al colectivo del que formamos parte. Puede, incluso,
afectar a nuestro "karma". Detrás de la predicción de cualquier
suceso siempre hay un individuo o un grupo de ellos. Al final nos vemos
obligados a volver a nuestros propios jardines para contemplar qué es lo que
crece allí, si queremos entender el porqué y qué tipo de sucesos podrían
afectarnos.
¿Cuándo
ocurre un acontecimiento?
Hay otro tema importante
sobre la materialización de tránsitos y progresiones y la predicción de
sucesos. El momento en que consideramos que va a ocurrir; entramos en la zona
engañosa de lo que constituye un suceso y estamos en un terreno muy misterioso.
Os daré un ejemplo de lo complicado que puede ser.
Recientemente tuve una
segunda sesión con una clienta que vino la primera vez a verme hace varios años.
No había sabido nada de ella desde entonces. Me fijé que Plutón transitando, en
ese momento, se acercaba a Quirón, en Sagitario en su casa 5ª. Resultaba que
unos años antes su padre había muerto. Mi clienta me dijo que cuando él murió
el hecho no había significado nada especial para ella. Aparentemente era un
no-suceso. Ella no había tenido una relación íntima con él. Creía que no sentía
gran cosa por él y, por tanto, cuando murió fue como si nada hubiera ocurrido
porque, para empezar, nunca estuvo presente. Así es como ella lo veía. Habíamos
discutido la relación con su padre en la primera sesión y sus ideas no habían
cambiado desde entonces. Yo no me inclino a pensar en el emplazamiento de
Quirón como un área de la vida en la que el individuo no siente nada, pero mi
clienta estaba convencida de que era así y así es como terminó la discusión
sobre su padre.
La razón por la que vino a
verme para una segunda sesión fue porque estaba muy preocupada por su cuñado
que estaba enfermo. Éste había estado desarrollando pequeños tumores malignos
y, aunque los médicos lo operaban y se los extraían, continuaban apareciendo
otros nuevos y ella temía que pudiera morir. Lo que no podía comprender era
que, aunque no estaba muy unida a su cuñado, la idea de su muerte la
aterrorizaba. El considerar la muerte de cualquier otro, incluido su esposo (se
había casado después de la última vez que la vi), no evocaba una respuesta tan
drástica.
Por alguna razón el papel
que este cuñado desempeñaba en su vida era bastante más importante de lo que
ella pensaba. No se veían mucho. Tenían una relación amistosa, pero ella no
estaba muy unida con la hermana que se había casado con él, tampoco había
tenido ninguna fantasía erótica con él. No podía entender porqué entonces
estaba en un estado de extrema ansiedad ante la mera idea de que este hombre
pudiera salir de su vida. Ella llamaba a su estado "obsesión
irracional", lo que era en realidad. Podríamos también fijarnos en que,
además del tránsito de Plutón en conjunción a Quirón, Neptuno transitando
cruzaba y volvía a cruzar por su Sol natal.
Gradualmente resultó
evidente que el suceso real que provocaba su ansiedad era la muerte de su
padre. Puede sonar raro porque ya había muerto, pero interiormente no lo había
hecho en absoluto. No hubo duelo, tampoco separación emocional, ni sensación de
pérdida, en la época de la muerte real. Sin embargo, la presencia de Quirón en
la 4ª, combinada con un trígono Sol-Júpiter, me sugería que había sentimientos
altamente ambivalentes sobre su padre, extremadamente positivos pero también
extremadamente dolorosos, que había reprimido totalmente. Esta señora estaba
habituada a reprimir prácticamente todo sentimiento. Aunque era muy inteligente
tenía una laguna mental curiosa, como si tuviera la cabeza hueca.
La muerte real parecía
coincidir con el tránsito de Plutón acercándose a Quirón natal, cuatro o cinco años
después de la muerte física del padre. Para mi clienta su cuñado representaba
el papel de padre. El Saturno de él, a 22º de Cáncer, estaba en oposición exacta
al Sol natal de ella, a 22º de Capricornio. Él, evidentemente, se sintió
profundamente responsable de ella, aunque apenas la veía, y ella respondía a
sus cualidades saturninas como debe una hija. Podía confiar en él, le hacía
sentirse segura. Siempre estaba allí, disponible. Era en extremo estable. Ella
sabía que si alguna vez estaba en apuros, tanto financieros como emocionales,
siempre podía contar con él. Nunca había tenido que hacerlo pero sabía que
podía hacerlo si lo necesitaba. Le había asignado los sentimientos
inconscientes de tipo infantil que con su verdadero padre estaban confinados ya
que con él tuvo una relación, muy complicada y dolorosa, que había estado
negando la mayor parte de su vida adulta.
Si intentáramos predecir los
sucesos sugeridos por este tránsito de Plutón sobre Quirón en la casa 4ª,
podíamos decir "Se va a mudar de casa o emigrar. O quizá se
divorcie". O, si fuéramos un poco más atrevidos, podríamos decir:
"Aquí está la muerte de uno de los padres que puede despertar algunos
sentimientos muy dolorosos y confusos". La muerte del padre es una posible
expresión de este tránsito ciertamente, en especial si tomamos en cuenta la
conjunción de Neptuno transitando sobre el Sol. ¿Pero cómo puede morir el padre
si ya está muerto?
Para mi cliente, el hecho de
la muerte de su padre está sucediendo ahora. Es su realidad, aunque puede no
ser la vuestra ni la mía. Esta muerte y todos los sentimientos dolorosos que le
acompañan no tiene nada que ver con el padre de carne y hueso metido en su
ataud. Ahora, por primera vez, mi cliente está encarando el miedo, el pánico y
el duelo que se negó cuando su padre real se fue. Ella ha centrado esos
sentimientos en un hombre que no es en realidad la persona por la que tiene
esos sentimientos. Su cuñado es un sustituto, un anzuelo para su complejo de
padre inconsciente. Si el cuñado morirá no está claro por el tránsito. En
cierto sentido ni siquiera es relevante. Es la posibilidad de su muerte la que
ha inducido una reacción tan poderosa. Podríamos decir que su posible muerte
está sincronizada con la madurez de un complejo de padre que ahora está listo
para hacerse consciente.
Este tipo de disociación de
sucesos internos y externos trastorna nuestras nociones de lo que definimos
como realidad. Un acontecimiento, en el sentido que refleja un tránsito o
progresión, puede no resultar lo que nosotros pensamos que pueda ser, porque el
tiempo en el que le ocurren cosas concretas a una persona puede no ser un
reflejo verdadero de cuando pasan internamente. Nuestro reconocimiento
emocional y el compromiso con lo que ocurre en nuestras vidas son lo que hacen
a un suceso real. Recordamos qué es lo que nos ha impactado, y el impacto no
coincidir en el tiempo con el suceso físico. El breve ejemplo que os he dado no
es infrecuente. El tiempo en el que las cosas ocurren no siempre es el mismo en
el que ocurren físicamente. Es por eso por lo que sucesos materiales pueden
pasar con una inexplicable falta de tránsitos y progresiones relevantes,
incluso si esperamos algo importante que nos muestra la carta.
Como otro ejemplo, vamos a
considerar el final de una relación. ¿Cuándo ocurre? ¿Cuándo dos personas se
separan físicamente? Es obvio que no siempre es el caso, incluso cuando es la
muerte la causa de la separación Para mucha gente esta relación está todavía
viva y potente años después de la separación física, aunque un miembro de la
pareja pueda estar enfadado todavía, herido por la pena e incapaz de superar la
pérdida, a pesar de que el otro haga tiempo que se fue. Esto es particularmente
trágico cuando una madre, o un padre, pierde un hijo y no puede procesar la pérdida.
La habitación del niño puede conservarse como si fuera un museo, sin que se
cambie ni mueva nada, como si se esperara que volviese de un momento a otro.
Esto puede ocurrir también con parejas divorciadas. La foto del ex compañero no
se quita de la repisa de la chimenea y a ningún nuevo amor se le permite
sentarse en el sillón favorito del antiguo amor.
A menudo la gente no es muy
consciente de ésto y se asusta de sus propias reacciones violentas cuando,
algunos años más tarde, la ex -esposa o el ex - marido se vuelve a casar. Todo
el infierno se desata aunque la pareja desaparecida haya estado congelada en un
compartimento secreto del alma. Incluso si él o ella se ha ido físicamente, la
presencia amada se ha quedado allí internamente y, cuando el ex-compañero se
compromete en cualquier parte, toda la pena y el dolor se experimentan como si
la separación acabara de tener lugar. En efecto ésta acaba de suceder, aunque
puede haber ocurrido años antes, en un nivel concreto. Y puede ser cuando vemos
a Venus progresada en conjunción a Plutón, o Saturno transitando sobre Venus, o
Urano transitando en oposición a la Luna en la 7a Casa.Cuando una relación
termina puede hacerlo sólo para uno de los dos. Además, las relaciones algunas
veces terminan mucho antes de su final real. Una pareja puede seguir viviendo
en común toda su vida, pero la vida de la relación podía haber acabado dos, o
diez, o treinta años antes. Esto también puede reflejarse por un tránsito o
progresión relevante, incluso aunque no haya un acontecimiento físico. Los
movimientos en la carta pueden describir el fin de algo pero puede no haber
final visible ni suceso concreto. O el tránsito o progresión relevantes puede
describir el final de algo bastante más tarde de que los demás digan "Oh,
se acabó hace años". Los finales, como los principios, son altamente
personales Cada persona necesita un tiempo diferente para digerir los sucesos.
Algunos no significan nada para una persona y para otra son muy importantes. La
misma muerte significa cosas diferentes para gente distinta; una persona puede
sentirse llena de rabia y terror y negar su enfermedad mortal hasta el final,
mientras que otra acepta la muerte, llena de paz, como un rito de paso, anos
antes de su tránsito real.
La percepción de un acontecimiento
- su tiempo, su significado y la interpretación que le damos - se describe por
el sincronismo del tránsito o progresión y, por tanto, los
"acontecimientos" reales descritos por los movimientos planetarios
son los que ocurren en la psique. Un suceso externo puede ser o no relevante
para el individuo. Si uno tiene un tránsito o progresión poderosos un
acontecimiento puede tener gran significado y darle un giro completo a su vida;
pero si el mismo suceso ocurre en otro momento, cuando no hay una coincidencia
de aspectos tan poderosa, se experimenta de forma totalmente diferente y puede
no sentirse como "importante". El suceso en sí no lo es tanto como
una entidad objetiva. Pero lo que uno experimenta internamente añade
importancia y significado al suceso de acuerdo al tránsito o progresión con los
que coincide.
Ya sé que es algo difícil de
captar, porque nuestra forma habitual de interpretar la realidad es que
cualquier cosa que ocurra "en el exterior" es objetiva.
La manifestación física
puede ser objetiva (aunque éso también se puede cuestionar), pero el modo en
que la percibimos no lo es. Resulta algo confuso explorar las formas en las que
nuestras percepciones colorean lo que está "afuera". Y lo que el
horóscopo describe, incluidos los tránsitos y progresiones sobre los
emplazamientos natales, son nuestras percepciones. Cuando Saturno transita
sobre la Luna estamos predispuestos a percibir situaciones y a responderlas de
un cierto modo, seguramente más realista, o más negativo, que cuando Neptuno
transitando está sobre la Luna. Cuando Urano transitando está sobre Mercurio
percibimos verdades diferentes a las que percibimos cuando Quirón transita
sobre Mercurio. Cuando Júpiter lo hace sobre Venus nuestra experiencia con la
gente es diferente que si es Plutón el que transita sobre Venus.¿Es la gente la
que ha cambiado o somos nosotros? Y si en efecto es la gente, ¿pueden nuestras
percepciones cambiantes influir en el tipo de gente que atraemos, así como en
las actitudes que nos muestran?
Si una separación tiene
lugar durante un tránsito de Urano en trígono a Venus se sentirá completamente
diferente que si ocurre bajo un tránsito de Plutón en oposición a Venus. A los
ojos de los demás el hecho puede parecer el mismo. Joe Bloggs deja a su mujer y
se fuga con su secretaria de dieciocho años. Pero si la esposa de Joe tiene a
Urano en trígono a Venus, entonces probablemente, ella soltará un suspiro de
alivio por haberse librado de él. Si tiene Plutón en oposición a Venus la cosa
más amarga de toda la situación será la traición. Si Saturno transita en
cuadratura a Venus estaría preocupada por la supervivencia material y un
corrosivo sentimiento de inferioridad ante un rechazo humillante.
Nunca deberíamos subestimar
la importancia de la dimensión subjetiva de los sucesos. La forma como se
siente un acontecimiento, cómo se comprende y percibe y cuándo, realmente, se
registra como realidad, será totalmente diferente dependiendo tanto del
"clima" astrológico predominante, como de la carta natal, porque la
persona recibe el suceso de modo individual. Esto complica nuestra definición
de lo que constituye un acontecimiento. El nivel puede variar tremendamente,
así como el momento. Y el hecho reflejado por un movimiento planetario particular
puede, o no, conectarse con algo físico.
Las cosas se complican más
cuando consideramos a los planetas lentos. Pueden quedarse fluctuando en su
recorrido durante dos o tres años, incluso más en el caso de Plutón, haciendo
aspectos particulares a la carta natal moviéndose hacia atrás y hacia delante
mientras hacen sus estacionamientos directos y retrógrados. Toda una serie de
sucesos aparentemente inconexos, pueden ocurrir durante los tránsitos de estos
planetas exteriores y se percibirán a través de una lente coloreada por el
tinte particular de este tránsito. Por eso todo lo que acontezca durante ese
periodo parece llevar un sentimiento, o un propósito, similar.
Si estos mismos
acontecimientos ocurrieran en otro momento no se experimentarían del mismo
modo. Parecerían fortuitos. No diríamos "Ah, aquí hay una conexión entre la
muerte de mi padre hace dos años, la disputa que tuve con mi jefe el año pasado
y el nuevo romance que acabo de empezar este mes; todo está en el mismo
paquete". Es el tránsito o la progresión lo que refleja esa sensación de
coincidencia, no los sucesos en sí mismos. La mayoría tendemos a recordar
periodos de nuestra vida en vez de una cosa específica detrás de otra y este
periodo que sentimos como un lapso de tiempo coloreado por cierto tipo de
sucesos, es profundamente subjetivo y se conecta con los tránsitos y
progresiones presentes en esa época. Debemos ser tremendamente cuidadosos
cuando tratamos de definir un acontecimiento porque cuando más de cerca lo
miramos más subjetivo resulta. El examen de los aspectos en el tiempo de la
muerte de una persona es un ejemplo de esto. Con ello no me refiero solo a los
aspectos que se refieren a la persona que muere, si no también a los que
afectan a las cartas de sus allegados. Podemos pensar que la muerte es un
acontecimiento específico terrible, que sucede en un momento particular y
podemos levantar una carta para ese preciso momento. Pero ningún astrólogo ha
podido sostener con éxito una típica "sentencia de muerte" porque se
ve diferente en cada carta. Y los aspectos que se van formando, a veces durante
varios años, pueden ser tan relevantes como los que hay en ese preciso momento.
Es posible que algunas muertes ocurran en realidad internamente bastante antes
de la muerte real y reflejen que algo en el interior del individuo se ha dado
por vencido.
Tratar de darle sentido a la
materialización de los tránsitos y progresiones significa que necesitamos tener
en mente estos tres niveles de expresión, incluyendo el emocional y el
teleológico. Estos dos últimos tienen una relación directa con la actualidad de
los sucesos. No hay solo tres niveles relevantes pero es conveniente recordar
toda la complejidad de cada uno de éstos. Solo cuando se tiene un enfoque más
amplio de lo que está aconteciendo podemos decir responsablemente "Hay una
posibilidad de que pasará tal-y-tal". Sin este cuadro completo estaremos
tirando los dardos con los ojos vendados. Podremos dar en la diana pero,
también, a alguien en un ojo.”
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