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SATURNO Y SU RELOJ DE ARENA DE LA MUERTE…

Hoy hace 19 años falleció mi madre, Lilia España de Marenco. Como hijos, renovamos nuestros ruegos y oraciones por el eterno descanso de su alma en la gloria del señor, ese lugar de eterna bienaventuranza  y verdadera tierra de delicias más allá de la vida terrena en el que moran las benditas almas de quienes vivieron en olor de santidad, como mi querida mamá, una madre, esposa, hija  y persona ejemplar en todo sentido.

Aunque es un asunto personal, y muchos podrán decir “ y a mi qué me importa”, no faltará alguien acucioso y sagaz, indudablemente, que incursiona en el aprendizaje de la ciencia de Urania y sepa leer entre líneas y le aproveche, que es el objetivo trazado al compartir estos cortos bosquejos astrológicos en mi muro, escritos de la manera más clara y concisa posible (como siempre enfatizo), para que puedan ser entendidos por los que se inician en el estudio de  este mundo apasionante de la astrología, o  quienes sientan interés en la materia. tomaré esa fecha de su deceso (23/3/1998) para comprobar una vez más, desde la lente de mi observatorio astral –enfocando el objetivo en mi propio mapa natal-, cómo reflejan con exactitud los factores astrológicos la ocurrencia de los hechos terrestres.

Veamos, en primer lugar, los tránsitos para la hora exacta de su fallecimiento:

La Casa VIII (la muerte) del momento forma oposición exacta a la Luna Rx (significadora natural de la madre), Casa 1 (lo personal), que por derivación es la IV (el fin, la tumba) de X (la madre). El aspecto de oposición, entre algunos otros significados, tiene  el de SEPARACIÓN. Aunque existe divergencia de opiniones astrológicas sobre cuál casa es la significadora del padre o la madre, en mi cielo natal la X lo es indudablemente de mi madre, pues era  de signo Leo, y ahí tienen una pequeña pista para zanjar la cuestión.

Pasemos entonces a otra herramienta, lo que llaman ahora atacires sociológicos, el C-60 (Demetrio Santos), por ejemplo, un ciclo que indica cambios, crisis sociales notables en la vida del individuo, y  qué duda cabe que la muerte lo es, tanto para él, como para los demás deudos (familiares y amigos del fallecido).
Pues bien, el set astrológico en el que se escenifican los asuntos de la madre es la Casa X, y allí vemos actuando al atacir de Saturno en Leo (mi madre) en cuadratura exacta  (2’ de arco) con el Ascendente (yo). Saturno aquí (conforme al guión de la astrología) protagoniza magistralmente su papel de malo de la película, pues el astro está asociado naturalmente a la muerte y las pérdidas, y en cuadratura exacta al Asc indica esa pérdida personal, la muerte de mi madre. Saturno (pérdidas, muerte) arrastra su significado adquirido de su conjunción con la Luna (la madre) y de casa 1, IV (el fin) de X (la madre). Añadamos, además, para quienes han convertido esa técnica de los atacires (palabra que no es de nuevo cuño) y las direcciones armónicas uniformes en una nueva fe religiosa de la astrología, que el C-60 correspondería a la casa V (12X5=60), que vendría siendo la VIII (muerte) de X (la madre), y ahí tenemos otro guiño de ojos....

Ahora, el C-60 tiene su origen en el ciclo Júpiter-Saturno (20 años), los dos grandes cronocratores, señores del tiempo. En muchas iconografías Saturno es representado con la guadaña (para segar la vida) y un viejo reloj de arena, símbolo de que todo tiene su TIEMPO (Saturno), como dijo Fidel Castro, y al poco tiempo Saturno segó la suya….

Una curiosidad numerológica: hoy 23 /3 se cumplen 19 años de esa triste partida, y mi cédula de ciudadanía comienza con 19.323....
Qué "casualidades", ¿no?.....